Sábado 3, en Cambados.

Este sábado no iba a haber playa pero sí una excursión a Cambados. No había fiesta ni feria ninguna, pero es una pequeña población que se presta a ser visitada con tranquilidad, también por lo bonito del viaje hacia allá. Llegamos Pris y yo hacia la una y paseamos por la plaza medieval de Fefiñáns, con el Pazo de mismo nombre y la Iglesia de San Benito, gótica de campanarios barrocos. Si bien contemplamos la posibilidad de subirnos al tren turístico para hacer el recorrido de 45 minutos por la villa, al final decidimos callejear. 

Subiendo tranquilamente por la avenida da Pastora, aprovechamos para comer en A dos Piñeiros y llegar posteriormente a la Casa Mariñeira Lourdes a tomarnos el café. Silencio y tranquilidad, viento y calor... estaba frente a las ruinas de Santa Mariña, que visitamos tras subir antes al Mirador da Pastora para contemplar la ría y sus mejilloneras desde lo alto. Visitamos un par de Museos del Vino, descansamos a la sombra y pusimos rumbo de vuelta a Santiago.