jueves, 26 de abril de 2007

Jueves 26 de abril, por el d3.

No había intención de salir esa noche, pero después de unas cervezas en el Moore's en compañía de Dori y Mateos, a ver quien era el que se podía negar a acercarse al d3 un jueves con fiesta Erasmus. Nos fuimos antes de que se llenara, pero pudimos ver por allí a buena parte de la plana de nuevos abogados que habían ingresado en el Colegio con el juez Vázquez-Taín de padrino, ejemplo esa noche de que el trabajo riguroso y el compromiso con la Justicia no es incompatible con saber divertirse "cuando toca".
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domingo, 22 de abril de 2007

Domingo 22, de paseo por la zona vieja.

Después de comer y para aprovechar un poco el estupendo día veraniego que estaba haciendo, Carlos, Javi y yo fuimos a callejear por la zona vieja, no sin antes pararnos a tomar una agüita fresca en la maravillosa terraza del Hotelito con encanto Costa Vella.
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Rodeados de árboles en un jardín muy cuidado que recuerda la antigua terraza del pub Momo, aprovechamos para hacernos unas fotos, bajo un sol de 40 grados y oyendo el relajante murmullo del agua de la fuente.

Ya en el Franco, frente al edificio de Correos, pudimos seguir una tradición estudiantil compostelana y nos paramos a escuchar las canciones de la Tuna femenina de la Facultad de Farmacia de Oporto.

 

domingo, 15 de abril de 2007

Domingo 15, Luís de Matos en el Obradoiro.

Como inicio a la Semana Internacional del Ilusionismo del 15 al 21 de abril, asistí al número de escapismo de este mago portugués: atado con una camisa de fuerza, suspendido de los pies boca abajo, con una cuerda ardiendo y a decenas de metros del suelo, el mago tiene como mucho 4 minutos para liberarse de ella y tocar tierra sano y salvo. Este truco fue ideado por Harry Houdini, si bien De Matos lo ha ido perfeccionando: en 1994 lo hizo con la cuerda ardiendo; en 1996 suspendido sobre leones en el Jardín Zoológico de Lisboa; y posteriormente colgado de un helicóptero. Resulta que David Copperfield le dijo a De Matos que cuando decidiera poner punto final a este número, la camisa de fuerza con que lo ejecutaba tendría un lugar especial en el Museo de la Magia. Y ese momento llegó: en la Plaza do Obradoiro y a 45 metros del suelo, para poder estar delante de la imagen del Apóstol Santiago en la Catedral.
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Interesantísima fue la entrevista de una hora que le hizo Gayoso.

Aquí se dirije al cable con la camisa de fuerza en las manos.

Encienden el cable con De Matos suspendido boca abajo.

Y final feliz. No hay fotos de los 4 minutos que duró porque tenía que elegir y lo grabé todo en video. De verdad, valió la pena ir a verlo.

viernes, 13 de abril de 2007

Viernes 13, por el Meia.

Sin muchos ánimos iniciales para ir hasta la zona vieja, al final Sonia, Andrés y yo nos dejamos caer por allí y nos dirigimos al Meia. Muy buena música y mucha gente. Para repetir, vamos.

Andrés: "Este movimiento lo aprendí en Bailes de Salón".

Sonia: "Y este, yo lo aprendí en un curso de Danza del Vientre".

viernes, 6 de abril de 2007

Viernes 6, de cenita en Barrigola.

Como ya hacía tiempo que no nos veíamos y habíamos quedado en hacerlo aprovechando los días festivos de Semana Santa, llamé a Fran y casualmente había quedado para cenar con Paola y Andrés, sin faltar -por supuesto- su embarazadísima mujer Begoña. Qué mejor sitio pues, y en su honor, que Barri-gola, allá por la Avenida de Ferrol. Después de la selección de los platos, siendo el día que era y estando yo en el grupo de "católicos sin queso", empezó la sesión de fotos, bien amenizada con la muy grata compañía de los comensales.
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Aquí está Paola. A la izquierda podemos adivinar a Begoña. Le había hecho una foto, pero por esa extraña costumbre femenina que tienen todas las mujeres se ha quedado sin salir: "Esa foto ya la puedes ir borrando". Bueno, vale, que ellas mandan.
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Andrés (con nuevo look, a saber, sin perilla), bien sujeto por Fran.
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En la siguiente foto de los varones se puede ver el buen corazón de Fran que, para que la foto no saliese descompensada, decidió -libre y voluntariamente- agacharse un poco. Puedo prometer y prometo que yo no hacía ningún tipo de presión sobre su cuello.

¡Pero que buena gente que son y que bien lo pasé con ellos!