22 de julio: "Carmen de Bizet".

En la praza da Quintana de Santiago, la compañía de Aída Gómez representó la obra basada en la novela de Prosper Merimée que llevó a la fama internacional a Georges Bizet, un joven compositor que apenas llegó a disfrutar de ese éxito debido a su muerte tres meses después del estreno. Y allí estaba yo, pasando mucho frío y con un zapato roto, pero bien acompañado por Pris, y flanqueado por Calo y Carmen a estribor y Anabel y Klaas a popa.

 

La acción se desarrolla en Sevilla a finales del siglo XIX y la historia es la siguiente: Carmen la cigarrera entabla una pelea con Manuelita en el interior de la Fábrica de Tabacos, rajándole la cara y motivando su detención por parte del Teniente Zúñiga, quien encarga a un Cabo del Regimiento de Dragones de Alcalá, Don José, su traslado a prisión. Carmen lo seduce para procurar su liberación, por lo que es arrestado y degradado. Tiempo más tarde, Carmen se encuentra en la taberna de Lillias Pastia, en donde se ha citado con Don José. Aparece el Torero Escamillo, del que Carmen se prenda. Tras diversos abatares, en la plaza en la que torea Escamillo, Carmen se encuentra con Don José y decide dar por terminada su relación, devolviéndole el anillo que éste le regaló en prueba de amor. Don José, cegado por los celos y, mientras el público de la plaza vitorea a Escamillo, hunde su puñal en el cuerpo de Carmen, causándole la muerte.
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Parece ser que estuvo bien, por la respuesta del público, aunque yo no ví casi nada y esta vez no por bajito: el escenario estaba poco elevado y las casi 2.000 personas que había impedían conseguir una buena perspectiva. Al menos los taconeos de despedida provocaron sinceros aplausos en la gente, también los míos. Acabamos en el FucoLois, contándonos los cachitos que cada uno había visto.