viernes, 23 de noviembre de 2007

Sesión de cine: "Leones por Corderos".

Dos historias paralelas con una tercera en flash-back: Robert Redford es un profesor universitario que intenta inyectar espíritu patriótico idealista y compromiso real a sus alumnos, enfangados en una sociedad consumista y desvinculada. Tom Cruise es una caricatura de senador republicano sin escrúpulos y con ambiciones presidenciales que intenta vender la exclusiva de una nueva estrategia en Afganistán a la periodista Meryl Streep con el fin de incrementar su popularidad frente a la caída en las encuestas. En medio, dos jóvenes alumnos universitarios que decidieron dar un paso al frente apuntándose de voluntarios para la guerra.

En el fondo, la película intenta reinterpretar la historia con fines pacifistas: sostiene que sunitas y chiítas trabajan juntos contra las fuerzas norteamericanas en Irak y Afganistán. Eso es algo difícil de creer para Streep, tras siglos luchando entre ellos, aunque lo cierto es que luchan contra un enemigo común: Occidente. Y de paso, van apareciendo algunos tópicos de los que Vidal-Folch llama "turistas del ideal": los políticos (los republicanos, por supuesto) son sólo unos ambiciosos que juegan con las vidas humanas como si fueran soldaditos de plomo; el ejército sacrifica como carnaza a las minorías (en este caso, un negro y un chicano), que además son ridiculizados por sus compañeros de clase a pesar del conmovedor heroísmo del final; los grandes medios periodísticos son cómplices de las malas políticas del gobierno, no tienen ningún tipo de valores y lo subordinan todo a las audiencias como partícipes que son del nihilismo imperante en la sociedad, aunque siempre queda alguna "progre" con valores que no pretende dejarse manipular; el público vota lo que vota sólo por un motivo: porque está idiotizado por una sociedad consumista que lo anestesia; etc., etc., etc.

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La interpretación de los actores me pareció excelente, el ir y venir entre las tres historias paralelas es creíble y no se dejan detalles para conseguir una visión clara del conjunto (mucho más esfuerzo de concentración era necesario en El Buen Pastor, por ejemplo). No es un peliculón, quizá dura poco e, independientemente de su clara intención y trasfondo ideológico, la ví con gusto.

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http://www.leonesporcorderos.es/

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