miércoles, 6 de enero de 2010

Noche de Reyes.

El cierre de mes y de año hicieron que tuviera que ir a Ferrol en el penúltimo bus. Pero llegué a tiempo: con maletín y todo me dirigí rápidamente hacia el Casino, en donde estaban todos viendo pasar la Cabalgata de Reyes. Como cada año, las caras de las princesitas eran para enmarcarlas. Y, como ya es costumbre, hubo que volver a ver pasar la Cabalgata por la calle Dolores. De camino a casa, unos pajes estaban en distendida conversación frente a la puerta de casa...

Y llegó el momento: en el salón de las Novias había multitud de paquetes con regalos, envueltos en bonitos papeles que no tardaron en estar hechos mil pedazos. Este para tí, este para mí... empezaron a jugar con su bien merecidos premios por haber sido muy buenas.

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