Pensé que iba a ser sólo una película futurista de acción, pero me equivoqué. Era eso... y mucho más. En 1984, de Orwell, una especie de Gran Hermano obligaba a los demás a someterse a un control absoluto de sus vidas. Se han hecho programas de tele-realidad y alguna comedia simpaticota en donde uno se somete a esa vigilancia voluntariamente, pero la novedad en Gamer es que se entrelazan las dos situaciones: los que "se venden" y unos presos de alta seguridad, condenados a muerte, que son dirigidos a través de un chip por ricos adolescentes como si de un videojuego se tratase, para intentar lograr su libertad si llegan a la última etapa. Unos forzados a hacerlo; y otros que, cuando voluntariamente lo hacen, en realidad están renunciando a ámbitos de libertad difícilmente recuperables después.
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