Hay días en que las casualidades le permiten a uno llegar a casa pudiendo decir ¡qué noche más agradable! sin necesidad de haber organizado nada. Y este viernes de principios de mayo fue uno de ellos: llamadita a Calo para tomarnos nuestra cerveza, desconectar del día a día y ponernos al tanto de nuestras cosas; encuentro con Gonzalo, que estaba esperando a unos amigos, y con el que estuvimos de variada e interesante conversación; llegada y disfrute de la compañía de Amy, Becky y Holly... En fin, una noche genial.
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