No es que simpatice mucho con la fiesta de Halloween... de hecho no simpatizo nada de nada... pero el hecho de encontrarme con unos cuantos amigos disfrazados para la ocasión me llevó a asistir por primera vez a una de ellas. ¿Dónde? En el Moore's, of course, que ese día, decorado concienzudamente para la ocasión, daba yu-yu yu-yu.
Chris no necesitaba integrarse en absoluto, que por Ohio la tradición lo es de verdad y no importada, y Ari parecía encontrarse tan en su salsa que, después de su larga sesión de maquillaje, decidió irse a dar una vuelta con Diana por la zona vieja. Mateos -alias "el calamar gigante"- y Dori -alias "Lurita"- parecían recién salidos de la casa de La familia Adams. Puedo prometer y prometo que, aunque parezca increíble, detrás de esos disfraces se esconde gente buena y bondadosa. El local se llenó a rebosar. Llegaron Sonia y Andrés, por el fondo estaba Calo con unos amigos y muchos de los presentes iban disfrazados. Para muestra: Danny, al que en un principio no reconocí, que estaba con Elisabeth y otros americanos.
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