martes, 12 de octubre de 2010

De agradable paseo con sesión de cine: "Wall Street: el dinero nunca duerme".

Siendo festivo y haciendo una estupenda tarde, era lógico que a Javi y a mí nos apeteciera dar un tranquilo paseo por la ciudad después de comer. Quisimos tomarnos un café en la terraza del Hotel Bonaval, pero ya estaban cerrando el servicio de cafetería. Quisimos entrar a la exposición Galicia Dixital, pero estaba completo el cupo del día. Y entramos a la Catedral, en cuya Puerta Santa había una larga cola. 


Había andamios en la nave central, que llegaban hasta el órgano, y el Pórtico de la Gloria también estaba siendo restaurado. La ceremonia litúrgica era la propia del día del Pilar, cuya imagen estaba expuesta para facilitar la devoción y las muestas de cariño a la Madre de Dios.


Nos detuvimos mucho tiempo en la Corticela, parroquia de Santa María la Antigua a donde llegaban los "extranjeros, peregrinos y vascos", independiente pero situada en el interior del edificio de la Catedral. Recordé cuando iba por allí hace ya 20 años, sin estar restaurada todavía. Es muy agradable ver la cantidad de papelitos con peticiones y agradecimientos que sigue habiendo todos los días.


Ya iban a cerrar y salimos por la puerta del Obradoiro para disfrutar las vistas de la plaza. Un grupo de música tradicional asturiana estaba en círculo cantando y bailando, rodeado de mucha gente. Transeúntes iban de un lado a otro y ya eran visibles los progresos en la construcción del escenario para la visita del Santo Padre el próximo sábado 6 de noviembre. Y nos fuimos a contemplar la fachada de la Catedral y la puesta de Sol desde el sitio habitual de los papás.


Se estaba poniendo el Sol, Javi había quedado y como habían estrenado la segunda parte de Wall Street, hacia el cine me fuí.


Me había gustado mucho la primera parte. La ví en el cine y no me importó volver a verla un par de veces más en televisión. Y el dicho de "segundas partes nunca fueron buenas" para mí no se cumplió: me gustó, tanto la estupenda actuación de Michael Douglas como el ritmo de toda la película. Hay alguna cosa previsible y se abusa de los típicos clichés sobre el sistema capitalista, pero el desarrollo de la trama da mucho jugo para la ética empresarial: consecuencias de la avaricia en el plano personal y profesional, explicacion del boom y posterior burbuja inmobiliaria en la generación "ninja", elementos psicológicos del mercado bancario y bursátil, economía financiera vs. economía industrial, intereses creados en el mercado energético vs. riesgo en la opción por nuevos nichos de negocio... Teniendo como telón de fondo la crisis financiera ¿es posible el cambio en un "cínico tiburón financiero" como es Gordon Gekko? Trailer.

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