domingo, 31 de octubre de 2010

"Historias peregrinas" en el Salón Teatro.

La trama es la siguiente: un grupo de cómicos recorre el Camino de Santiago representando danzas de muerte y algún auto sacramental. A causa de una edición defectuosa del Códice Calixtino que les sirve de guía, se pierden en un bosque cerca de Compostela. Están todos bastante hartos de hacer lo que hacen porque no ven su talento desplegado en la plenitud que ellos desean, pero van tirando como pueden hasta que uno de lo actores se fuga con una de las actrices y, ambos, con el dinero de la recaudación de las últimas funciones. Buscando un sustituto para el papel, se encuentran con un reo que resulta que está escapando de la justicia. El juego teatral está servido: "alguien que no es lo que aparenta ser haciendo de alguien que es lo que es en el fondo, pero que no parece que lo sea".


Vuelve a representarse en el Salón Teatro de Santiago, después de 15 años de su estreno y coincidiendo con el Xacobeo, por la compañía Teatro do Noroeste. Con temas trascendentales tratados con sentido del humor, apariencia frente a realidad, pretende ser una defensa de la supremacía de la razón para llegar a entender la vida frente al fanatismo religioso, una especie de comedia teológica popular. En realidad, la obra cae en el tópico de contraposición entre Fe y Razón, y es el defensor a ultranza de esta última el que, como editor, causa el problema originario por su chapucería, con su poco interés por el trabajo bien hecho e ignorando la importancia de darle a cada acto particular la trascendecia moral que tiene. No obstante esto, la obra es muy divertida, el papel de Mos, no siendo el que más toques de humor aporta -salvo su entrada como Apóstol- está bordado y es la columna vertebral de la historia. Para volver a verla. Así se lo dijímos a la salida mamaíta y yo, que le estuvimos esperando junto a Cris.


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