Las primeras partes de la exposición ("Iria, tierra de sus padres" y "Galicia tiembla con Diego Peláez") son una introducción histórica-política, presentándose una reconstrucción visual en 3D del complejo defensivo de las
Torres del Oeste de Catoira -que protegían las costas gallegas de los ataques vikingos y sarracenos- así como una recreación del ambiente marino y de bosque autóctono que rodeaba la isla. En otro video de 5 minutos, se narra el inicio de la construcción de la
Catedral en 1075, durante el episcopado de su antecesor Diego Peláez (1070-1088). Sería un nuevo templo románico destinado a substituir la basílica de Alfonso III consagrada en el año 899, y de tipología "iglesia de peregrinación", que tendría como fin el facilitar la circulación de peregrinos y el culto a las reliquias.
Diego Gelmírez realizó el Camino de Santiago
al revés. Viajó por Francia, Portugal e Italia, hasta Roma. Y gracias a sus esfuerzos, la peregrinación a Santiago ganó mucho vigor. El historiador Ramón Villares, presidente del
Consello da Cultura Galega -que tiene convocado el
Congreso Internacional O Século de Xelmírez el próximo mes-, afirma que Gelmírez consiguió situar a Compostela en la "geopolítica europea", en un mapa cristiano del continente que no sólo era religioso sino también político. La idea fue que Santiago pasara a ser el extremo occidental de un eje con centro en Roma y Jerusalén en la punta oriental. Durante su gobierno como arzobispo, de 1101 a 1136, Compostela dejó de ser un lugar periférico del
Finis Terrae para convertirse en un centro de referencia del panorama artístico y cultural de la Europa románica. En un interesante video, que vale la pena ver entero, se explican con detalle las gestiones que Gelmírez hizo en cada una de las paradas de sus viajes.

En el tercer apartado "Gelmirez, los caminos franceses y Cluny" se refieren sus andanzas por el camino francés y acoje piezas de París, Tolousse y Conques. Se exponen varios capiteles (el de esfinges del claustro de Santa Fe de Conques o el de David y sus músicos del mismo claustro) y el precioso
Liber Miraculorum Sanctae Fidis de Selestat, códice del que se ha hecho una digitalización completa de sus páginas y que puede ser consultado en una pantalla táctil situada al lado de la vitrina del original. En esta sección queda demostrada la fluida relación que existía entre los talleres artísticos de Compostela y de los grandes centros de producción del románico francés.
En "Gelmírez en Italia", subiendo al primer piso, se presenta por primera vez en una exposición el
Polycarpus, un manuscrito prestado por la
Biblioteca Apostólica Vaticana, y dos columnas salomónicas de mármol que copian las que había en el antiguo altar de
San Pedro del Vaticano. Se destacan también las cartas en las que el obispo Atto de Pistoia de Toscana le pide a Gelmírez una reliquia de Santiago, y le envía un trozo de la mandíbula del Apóstol, construyéndose allí un altar para albergar tan importante reliquia y habiendo indulgencias concedidas por el papa Eugenio III para quien visite la capilla.

En el último apartado, que lleva como título "La memoria escrita de un genio", se muestra una copia del Liber Sancti Jaconbi, Códex Calixtinus producido en el scriptorium de la Catedral de Santiago en el siglo XIV. También se puede ver el manuscrito más antiguo de la Historia Compostellana, prestado por la Biblioteca General Histórica de Salamanca. Se trata de una crónica que ordenó redactar el propio Gelmírez para dejar constancia de sus gestas para la posteridad. Y el Tumbo A. Finalmente, una selección de los libros más completos que sobre Gelmírez se han escrito.