sábado, 18 de agosto de 2007

Distracciones varias.

No están todas las que son pero...
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En un palacio de la calle Na príkopê está el Muzeum Komunismu (http://www.muzeumkomunismu.cz/), con grandes estatuas de Lenin y Marx a la entrada. Cronológicamente se va haciendo un interesante repaso a la historia del país tras el Telón de Acero, a través de reproducciones de salas de espionaje y de interrogatorios, videos varios, innumerables fotos de la época, etc. Al final, llegamos al año 1989, hasta la proclamación del fin del comunismo y el inicio de las libertades con Václav Hável como presidente.
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Museo Frank Kakfa (http://www.kafkamuseum.cz/). Después de 3 años en Barcelona y 3 en Nueva York, la exposición La ciudad de K se instaló en Praga: fotografías, cartas, periódicos, publicaciones de época, videos y audio... Un poco densa, salvo para forofos de Kakfa. Lo más curioso es la entrada, con la obra Proudy de David Cerný, formada por dos sujetos miccionando sobre el mapa de la República Checa al tiempo que trazan citas literarias con el movimiento de sus caderas. A la salida, el famoso callejón con semáforo que da a una plaza que tiene unas terrazas con increibles vistas al Puente Carlos.

En el inicio del Puente Carlos, a la izquierda, en unas intransitables galerías llenas de tiendas de souvenirs, te encuentras con el Museo de la Tortura. Aunque son tres pisos en un edificio antiguo, no es muy grande. Es un repaso de los distintos instrumentos de tortura que se usaban en otras épocas como elemento punitivo o disuasorio. Resulta increible hoy en día que eso pudiera llegar a hacerse. El que tenga curiosidad, a mí me recordó mucho a la película Hostel.

Saliendo del Castillo, callejeando hacia una tranquila plaza, llegas al Museo de las Miniaturas. Anatoly Konyenko fabricaba herramientas para microcirugía oftalmológica, pero tenía como distracción el dedicar siete años y medio de su vida en hacer un par de herraduras para una pulga. Son tres salas llenas de microscopios, allí están los libros más pequeños del mundo, siluetas de coches en la pata de un mosquito, un saltamontes tocando el violín con sus patas, hileras de camellos o trenes en el ojo de una aguja, etc.

Enfrente, y en el Monasterio del mismo nombre, está la monástica Biblioteca Strahov (http://www.strahovmonastery.cz/), la más grande del país, con dos impresionantes salones barrocos que contienen las salas de Filosofía y Teología. Además, hay un vestíbulo lleno de curiosidades del siglo XVIII: animales marinos deformados expresamente por navegantes para hacerlos pasar por monstruos. Con un pequeño donativo para el mantenimiento y conservación, te autorizan a hacer fotos, pero sin poder entrar por el peligro que supone para los frescos la respiración de los visitantes.

No podía faltar, aunque fuera en checo, la asistencia a una sesión de Teatro negro, básicamente visual. Híbrido de pantomima, teatro, danza y efectos especiales en el que los actores, vestidos con trajes fluorescentes, actúan delante de un telón negro iluminados por luz ultravioleta. Bonito, curioso, divertido y muy interesante, había docenas de ellos y me decanté por uno en que se representaba Otello.

En el Teatro de Marionetas (http://www.puppetart.com/) recibí la triste noticia de que el Museo estaba cerrado, y parece ser que de forma definitiva. Tenía referencias de que era algo digno de ver, al albergar centenares de ellas desde finales del siglo XVII hasta comienzos del XIX. Pero bueno, al menos pude disfrutar de la muy interesante Don Giovanni en un precioso teatro de madera al que se accedía por una estrecha y empinada escalera circular.

Por la noche, un viernes, no pude dejar de ir a visitar la discoteca Karlovy Lázne (http://www.karlovylazne.cz/), anunciada como la más grande de Europa Central. Situada en un edificio medieval, con antiguos murales y mosaicos, en realidad se encuentran allí cuatro discotecas distintas, cada una en su propia planta: el Music Café (música negra), la Discotheque (música disco clásica), el Kaleidoskop (música de los años 60-70-80) y el Paradogs (dance, techno, house, etc.). Yo me pasé un par de horitas subiendo y bajando, curioseando por todas partes en esa original colmena laberíntica.

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