martes, 16 de noviembre de 2010

En la exposición "Espacios propios" de Candida Höfer.



Mucha lluvia, viento y frío... la climatología no contribuye para seguir disfrutando de la oferta cultural de Santiago pero como no está bien el dejarse vencer por los elementos me fuí al Museo Diocesano del Monasterio de San Martín Pinario a ver la muestra "Espacios propios".


Este es el título del proyecto llevado a cabo para el Xacobeo 2010 por la fotógrafa alemana Candida Höfer, con Ralph Müller de colaborador, consistente en retratar los lugares de intercambio cultural de una de las más antiguas redes de comunicación: la ruta jacobea. Archivos y bibliotecas constituyen el corpus de esta exposición de 83 imágenes en alta resolución que constituyen un "peregrinaje fotográfico" a través de la ruta que vertebró Europa, el Camino de Santiago.


 Los espacios de Höfer –casi siempre vacíos por su preferencia de lugares sin gente– tratan de apresar el carácter revelador de los lugares representados, en un contexto en el que los objetos parecen despegarse de su espacio habitual, abandonando los límites físicos de la representación para mostrar las huellas depositadas por el tiempo.


Para Candida Höfer la imagen en sí no marca el final del proceso: tras haber sacado el espacio de su contexto alejándolo del edificio al cual pertenecía originalmente, un último paso exige una reintegración y un regreso al tema de la representación que había provocado su segregación inicial. Sus imágenes crean una atmósfera sosegada y sencilla. No hay pretensiones de mitificar o agraviar el espacio: únicamente se pretende plasmar la carga histórica de los lugares, por pequeña y particular que ésta sea, en el momento contemporáneo.


Tres apartados forman la muestra que estará hasta el 16 de enero: "Espazos", en San Martiño Pinario, donde están 43 de las fotografías; "Lugares", en la Biblioteca de Galicia da Cidade da Cultura, que muestra 8 fotografías de gran formato junto a 32 imágenes de menores dimensiones; y "Espacios Propios", el libro que acompaña este proyecto. No sé si podré desplazarme hasta el Monte Gaiás a ver lo que me falta, pero si sé que me ha gustado lo que he visto. De lo relacionado con el Camino de Santiago hay muchas imágenes que uno puede llevarse. Y éstas, con la reflexión que me han provocado, son de las más bonitas que he visto: bibliotecas, silencio, serenidad, reflexión, libros, conocimiento... diacronía del trabajo diario y sincronía eterna. Incluso en las imágenes de increíbles bibliotecas que parece no están ligadas con la ruta jacobea salvo por su función de transmisoras de cultura, como las de Buenos Aires, Salvador Bahia y Rio de Janeiro que están en la Cidade da Cultura pero que al menos pude ver en el folleto explicativo.


El marco donde está la exposición no tiene que envidiar a ningún otro aunque una mejor iluminación en las tres primeras fotografías habría estado bien. En la primera planta, dedicada a la Cidade da Cultura, hay una larga mesa con distintos catálogos y libros de Hófer, de libre ojeo. Y en la segunda... ¡ay! ¡qué maravilla es el claustro alto de san Martín Pinario! Esta vez las cortinas en todas las ventanas impedían entrar la luz pero pasear por allí con el particular ruido de fondo de la lluvia cayendo, clavando talón y oyendo el propio eco de las pisadas... eso es algo que sólo el que lo experimenta puede entenderlo.


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