Sesión de cine: "Centurión".

Ambientada en la Britania de la época del emperador Adriano, en un fuerte fronterizo Quintus sobrevive a un salvaje ataque de los pictos y es hecho prisionero. Logra escaparse (¿pero cómo?) y se une a la legendaria IX Legión del general Virilus, que marcha precisamente hacia el norte -la actual Escocia- para intentar acabar con ellos con la ayuda de Etain, experta rastreadora que parece trabajar al servicio de Roma. Inspirada en la "Anábasis" del historiador griego Jenofonte, pretende recordar en algunos aspectos a Gladiator. El paisaje gris, sombrío y frío ayuda a transmitir la dureza de la vida castrense pero se ignoran fundamentales técnicas tradicionales de combate de las legiones romanas y existe un tratamiento brutal de la violencia con excesivos primeros planos de la lucha cuerpo a cuerpo. Se huye del maniqueísmo, sin ponerse del lado de nadie: en los dos bandos, todos son bestias y en el fondo están en una cacería mutua. Hay algo de honor, como corresponde a un ciudadano romano hijo de gladiador, pero este no prevalece sobre la desesperanza resignada. La verdad es que Pris y yo nos esperábamos otra cosa al ir a verla. Trailer.