El 7 de diciembre, tras un viaje accidentado con pinchazo y parada en la frontera francesa por sobrepeso, llegaron a Santiago las 27 figuras de tamaño natural que peregrinaron desde la localidad italiana de Umbría para adornar durante las Navidades la praza do Obradoiro. No recuerdo que se hiciera algo parecido alguna otra vez con lo que había que pasarse a verlas, en especial por la noche. Y allí quedé con Pris. No me entusiasmó: la verdad es que hay niños Jesús que podrían quitarle la devoción a alguien, pero eso no obsta para reconocer el esfuerzo y el valor de las figuras en sí mismas.
3 comentarios:
Abellá... fue Abellá... zorza y mejillones ;D
Puede ser, puede ser... habrá que hacer memoria de cuando fue lo de Casa Sixto. Ey! Y te has olvidado el... cocodrilo!
Cocodrilo, cocodrilo... eso no es seguro aún! ;D
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