Y llegó el día. Viajecito a Coruña, paso fugaz por el hotel, comida rápida, lectura de la prensa, llamadas varias y tranquilo paseo hacia la zona de María Pita, en concreto hacia la Colegiata donde se iba a celebrar el matrimonio. Saludos por aquí y saludos por allá, llegaron puntualmente los novios y empezó la ceremonia, solemne y con palabras muy certeras por parte del sacerdote.
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A la salida, animada conversación con los invitados, especialmente con Paola y Andrés y con Mª Eugenia y Mikel, que continuó en el agradable paseo que dimos hacia los trenes turísticos que nos llevarían hasta el María Pita. Allí, reinando un muy buen ambiente, pudimos disfrutar de una increíble sesión de fuegos artificiales....
No podía faltar la felicitación y foto con el novio.
Durante la cena, muchas risas y mensajitos. Después, un animado baile iniciado por los novios. Parece mentira cómo se me pasó el tiempo de rápido, pero hacia las cuatro de la madrugada había que irse, no sin antes despedirme del nuevo matrimonio y felicitarles otra vez por la buena nueva.
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